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註釋La medicina intensiva se caracterizó en sus inicios por ser una especialidad mecanicista e invasiva, pero al paso del tiempo, y gracias a los avances científicos, ha venido modificando este paradigma a uno molecular y menos invasivo, como son los nuevos abordajes diagnósticos y terapéuticos basados en la fisiopatología y la patología molecular, así como un monitoreo cada vez menos invasivo, lo que ha favorecido una práctica más segura y de calidad. Los estudios de imagen son fundamentales tanto para el diagnóstico como para el seguimiento del enfermo grave. Los métodos tradicionales, como los estudios radiológicos, tienen la desventaja de ser estáticos y de requerir una fuente radiactiva, además de necesitar que el paciente sea trasladado fuera de las áreas críticas, como en el caso de la tomografía axial computarizada, traslado que conlleva importantes riesgos, en especial en los pacientes graves que cursa con enfermedades complejas e inestabilidad y que requieren de ventilación mecánica y del empleo de vasopresores e inotrópicos. El diagnóstico y el manejo del enfermo internado en la unidad de medicina intensiva requieren un estudio de imagen que sea seguro y dinámico, que no necesite fuentes contaminantes y que se pueda realizar a la cabecera del paciente. De las diferentes opciones la ultrasonografía es el procedimiento que cumple con todas estas características. Al paso del tiempo se ha venido consolidando como una de las herramientas fundamentales para la evaluación del paciente grave, tanto en el área diagnóstica como en la terapéutica, y de seguimiento, lo que ha venido a transformar la práctica mediante este nuevo concepto de medicina visual.