Este libro recoge el testimonio de conversión al cristianismo de cuatro personas de vidas azarosas. Dos de ellas fueron drogadictas y vivieron el submundo de la noche con continuas peleas y, tras muchos vaivenes personales que les llevaron al límite, se internaron en la comunidad del Cenáculo, institución que fundó la monja italiana Madre Elvira, que persigue la reinserción de drogadictos mediante el trabajo y la oración.
Una tercera, que se curó de una enfermedad mental muy grave, después de años de dolor, autolesiones y excesos varios. Su curación sobrevino al pedirle el milagro al sacerdote italiano Luigi Giussani, fundador del movimiento Comunión y Liberación.
La cuarta persona volvió a renacer cuando fue ingresada de gravedad en una casa de las Hermanas de Santa Teresa de Calcuta por reiterada ingestión de alcohol durante muchos años.