Es satisfactorio prologar una obra útil y más cuando el autor es garante
de rigurosidad y claridad en sus planteamientos. En el caso vienen a confluir,
precisamente, esos dos elementos inductores de satisfacción: por una parte el
contenido, muy interesante, tanto por su estructura, como por la forma en
que está redactado; amén del constante apoyo a la exposición de los conceptos
con las citas. La obra exhibe una bibliografía amplia y diferenciada al pie de
página y un acápite con las obras consultadas durante toda la investigación.
No sólo permite conocer cuáles han sido las lecturas del autor, sino que busca
una utilidad práctica para los interesados en conocer más y mejor la historia de
Salvaleón de Higüey. El prólogo de esta obra sería incompleto si no la contextualizara
con la personalidad de quien la ha elaborado. Y es que no se trata de
una obra neutra, fría, salida del despacho de la Universidad Católica; al contrario,
es la obra de un profesional de la Ingeniería Industrial que, a pesar de su
juventud, ha acumulado una gran experiencia en el ámbito de la historiografía
por un lado, la sociología y la teología, por otro.
Todo el interés de Francisco Guerrero Castro por la historia local se
inició en la Escuela Juan XXIII, De La Salle, en la curiosidad, pecado diminuto
que conllevó otros mayores, como intentar recopilar, consultar archivos,
hemerotecas, bibliotecas, obras culturales y artísticas, tradiciones, leyendas
y literatura. Por el año 1979 visitó la residencia de Don Vetilio Alfau
Durán, en Santo Domingo, para la obtención de datos sobre la historia de la
villa de Higüey. En esa ocasión quedó impresionado y desde entonces, el
autor no escatimó esfuerzos en su faena investigadora y luego instituyó los
sábados para dicha labor, mientras cursaba su carrera en la Pontificia Universidad
Católica Madre y Maestra de Santiago de los Caballeros.
Elaborar una serie de obras sobre Salvaleón de Higüey no es fácil, y tal
podría considerarse, por la importancia que la Villa ha tenido durante su
larga historia. Hasta noviembre del año 2001, cuando publicó el volumen
de “Historia de Salvaleón de Higüey”, en ese género, no se había escrito y
publicado ninguno con tanta magnitud en contenido. Por eso, culminar un
trabajo como el presente, constituye un esfuerzo digno de elogio y de alabanzas
de valoración. “Origen, Desarrollo e Identidad de Salvaleón de Higüey”
es fruto de la acumulación de conocimientos, largas horas de lecturas
nocturnas y razonamientos, con el objetivo de recuperar las raíces higüeyanas,
ancla segura y faro permanente de nuestro futuro.
Estructurada esta obra, tras una introducción explicativa, realiza un
sucinto repaso, desde sus orígenes hasta el siglo XXI; repaso caracterizado
por la concisión y brevedad aportada al lento discurrir de siglos de gloria
imperecedera para la villa de Salvaleón de Higüey. Pero no todo es el recuerdo
de los momentos más vibrantes, vividos por la localidad y su gente. La
obra se enriquece con temas relevantes, precisamente, por ser los más novedosos;
son los relativos a la preservación de la memoria histórica higüeyana
y, principalmente, sobre Nuestra Señora de La Altagracia.
La descripción de las tradiciones y fiestas, en parte perdidas, en parte olvidadas,
es uno de los apartados más sugerentes aquí recogidos, engarzadas como
repaso festivo que van desfilando. Resultan atractivos, especialmente, los apoyos
gráficos que presenta el autor; fotografías antiguas en bella armonía para mostrar
una realidad transparente, arcaica a veces, pero siempre vívida; fotos que parecen
cual lúcidas estrellas en un firmamento rutilante. Algunas estampas originales
que aquí se reproducen son curiosidades para guardar como oro en paño; detalles
llamativos, en cualquier caso, del devenir higüeyano. Son interesantes las
coplas populares en función de la temática, social o religiosa, típicas del ámbito
rural que se tornan en ocasiones socarronas, irónicas y divertidas.
La grandeza de la obra reside en la amplitud, responsabilidad y variedad
de posibilidades, que resultan difíciles en sí mismas por la ardua labor.
La misma servirá de referencia a los futuros historiadores.
Damos la bienvenida a esta obra que logra su cometido de insertarnos
en el origen, desarrollo e identidad de Higüey.
Mons. Gregorio Nicanor Peña Rodríguez.
Obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de La Altagracia en Higüey.
Diciembre del año 2010.